SEIS AÑOS DE SOLEDAD
Por Andrés Cárdenas
El gobierno de la Ciudad sigue castigando el presupuesto educativo en catorce años de gestión del Pro y sus aliados, lo que incluye la habitual subejecución de partidas. A esto se debe agregar la falta de vacantes, capacitación docente y planificación sectorial, a días del comienzo de clases, mientras la ministra de Educación, Soledad Acuña, ataca, estigmatiza y divide a la comunidad educativa con declaraciones brutales, avaladas por el Ejecutivo de Horacio Rodríguez Larreta.
El discurso de la ministra de Educación porteña Soledad Acuña obrael prodigio de superarse a sí mismo con declaraciones provocadoras, como explosiones raperas en una “riña de gallos”, que expresan conceptos despectivos hacia docentes, apreciaciones clasistas repudiables, misoginia y prejuicios sobre los sectores sociales más humildes, con las que denigra a la comunidad educativa en su conjunto, mientras da comienzo al séptimo año a cargo de una cartera vital.
Una de sus últimas intervenciones polémicas que tensa la cuerda al máximo se produjo el mes pasado cuando aseguró a una radio que, en la CABA, para los alumnos que habían abandonado las aulas por la pandemia en 2020 y no regresaron “ya era tarde”, porque “esos chicos seguramente estarán perdidos en los pasillos de una villa, ya cayeron en actividades del narcotráfico o debieron salir a trabajar”.
En noviembre de 2020, en plena pandemia, en otra entrevista, la ministra había insultado de modo directo a maestros y maestras, diciendo que quienes deciden ser docentes en CABA son “cada vez más grandes de edad, eligen la carrera docente como tercera o cuarta opción, luego de haber fracasado en otras carreras” y que, como si fuera un demérito, “pertenecen a niveles socieconómicos bajos” por lo que no poseen un adecuado “capital cultural” para compartir en las aulas. Pero entonces no se detuvo, y criticó además a los institutos de formación y los gremios docentes por “sobreideologización” y vocación de militancia izquierdista, así como instó a la comunidad docente a denunciar de manera activa posibles casos de “bajada de línea”, con métodos de delación dictatoriales.
“La ministra pertenece a un gobierno determinado y responde a una clara línea política del gobierno de Rodríguez Larreta. No sólo con los dichos sino también con los hechos continuamente desprecia a todos los actores de la comunidad educativa: ya lo había hecho con los docentes con declaraciones que apelaban a la discriminación. También desprecia a los colectivos que se organizan en torno al reclamo de vacantes o a las familias que se agrupan en torno a cooperativas exitosas, como el caso de la escuela Álvarez Thomas, que luego tienen como reprimenda la intervención ministerial. Con los estudiantes lo hizo con los que requieren un esfuerzo mucho mayor, esto es los que quedaron fuera del sistema educativo, por ello los dichos de la ministra son completamente repudiables. Transmite el desprecio por su tarea que no hace más que confirmar con los hechos la vinculación entre un presupuesto acotado y un sistema educativo vapuleado simbólica y materialmente por una funcionaria que se encarga no sólo de lanzar una serie de prejuicios sobre los actores del sistema, sino también de generar reformas a espaldas de los docentes, sin haber ejercido nunca la docencia, lo que le quita comprensión”, analizó La legisladora del Frente de Todos y referente en Educación, María Bielli
Como respuesta a los dichos de la ministra, los principales sindicatos de educadores porteños insisten en denunciar la falta de un proyecto serio de formación continua docente en CABA, falta de cursos para capacitación, carencia de trabajos de cercanía con las escuelas y planificaciones sectoriales segmentadas de acuerdo a las distintas realidades de los distritos escolares, como si el “enemigo” del Ejecutivo fuera en último término la Educación Pública de gestión estatal, a la que dicen privilegiar.
“Al desfinanciar a la educación pública de gestión estatal lo que hace el Gobierno de la Ciudad es tomar una postura pasiva respecto a la garantía del derecho social a la educación, basándose en el poder adquisitivo que puede llegar a tener un sector de la sociedad. De la mano de estas operaciones de desprecio a la educación pública se termina construyendo un sentido en el que la educación privada adquiere una ponderación positiva por grandes sectores de nuestra sociedad y por ende la terminan eligiendo. Una elección condicionada por acciones y omisiones de la gestión de Educación de la ministra. Ocurre claramente en el nivel inicial, en el ingreso al sistema, cuando miles y miles de chicos quedan sin vacante en el sistema público: dejan dos caminos abiertos, uno para los que tienen la capacidad de mercantilizar el acceso a la educación privada, mientras que los que no tienen esta capacidad económica, de lo que debería ser un derecho garantizado para todos y todas, recurren a los Centros de Primera Infancia (CPI) o ingresan mucho más tarde al sistema educativo. Esta situación trae consecuencias que no son las mejores, pues los primeros años son fundamentales para los que vienen. Ahí se genera un primer posicionamiento del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que produce una fractura entre un subsistema y otro”, prosiguió Bielli.
Nada fuera de sintonía con lo que habitualmente declaran los máximos referentes del espacio cambiemita como el exjefe de gobierno y expresidente Mauricio Macri hablando de “caer en la escuela pública” o la actual diputada nacional porteña y exgobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, que se preguntaban ante el auditorio del Rotary Club en 2018: “¿Es justo llenar la provincia de universidades públicas, cuando todos sabemos que nadie que nace en la pobreza llega a la universidad”, una feroz falacia desmentida en los hechos por las estadísticas de las nuevas universidades del conurbano.
En sus últimas declaraciones provocadoras, antes del comienzo de clases en CABA adelantado a la mayoría de las jurisdicciones en dos semanas, Acuña, acompañada por Rodríguez Larreta dijo: “A partir de ahora no hay más protocolos, no hay más palabras raras, no hay burbujas”.
Otra muestra explícita de la cuestionada idoneidad académica de Acuña, una forma de buscar cercanía con porteñas y porteñas a los que infantiliza, como incapaces de discernir las complejidades “raras” ligadas a la presencialidad y los cuidados especiales que trajo consigo la pandemia en las escuelas.
En el plano puramente político pretendieron “primerear” y marcar diferencias antes de los debates del Consejo Federal de Salud (Cofesa) y el Consejo Federal de Educación (CFE), que lograron consensos el 10 de febrero sobre los pasos a seguir en la vuelta a clases en el país para “garantizar una presencialidad plena y segura en las escuelas” con seis puntos básicos del Protocolo “Aula Segura”: “Asistencia cuidada, vacunación, uso de barbijo, ventilación, higiene y limpieza y distancia”,
Detrás de una permanente tensión, búsqueda de singularizarse ante sus simpatizantes y provocaciones varias, la gestión de Rodríguez Larreta pretende esconder, como quien barre debajo de la alfombra, los datos realmente alarmantes que no quieren difundir ni discutir sobre el distrito más rico de Argentina.
LO QUE EN REALIDAD NO QUIERE DEBATIR EL GOBIERNO PORTEÑO
Más allá de la pirotecnia verbal, las cifras hablan por sí mismas, ya que el Presupuesto de la Ciudad en Educación, además de los recortes sistemáticos y continuos, fue subejecutado todos los años de la última década, lo que implica un mayor recorte encubierto sobre el nominal: hubo intentos de cierres de grados, de escuelas para adultos y de cursos para discapacitados, a lo que se suma la falta endémica de al menos 20 mil vacantes cada año.
Hace 14 años que el PRO y sus aliados gobiernan la Ciudad y, sistemáticamente, el presupuesto en el sector educativo decrece. En diez años recortaron 11 puntos porcentuales, del 28% se pasó al 17,2% en 2021, alcanzando el mínimo de histórico.
En 2021 a través de una serie de licitaciones dadas de baja, correspondientes a obras nuevas, refacciones y ampliaciones en escuelas públicas de CABA se recortaron 528 millones de pesos, perjudicando en particular a establecimientos educativos de las comunas 4 y 8, en el sur de la Ciudad y entre las más necesitadas de recursos. El año pasado tampoco invirtieron en conectividad en barrios populares en plena pandemia, desconociendo fallos judiciales específicos que les ordenaban mejoras de estos servicios.
“Claramente las prioridades políticas se reflejan en lo presupuestario y resulta evidente que el gobierno de Rodríguez Larreta redujo sistemáticamente el presupuesto destinado a Educación, lo mismo que hizo Macri a nivel nacional cuando asumió en 2015, incumpliendo sistemáticamente con la Ley de Financiamiento Educativo que obliga a ir hacia los 6 puntos del PBI de participación del presupuesto en esta materia. En la Ciudad además del presupuesto a la baja, gran parte del mismo se subejecuta, fundamentalmente el dedicado a infraestructura, en particular en los últimos dos años en pandemia. Cayeron distintas licitaciones por un monto mayor a 500 millones de pesos, destinadas a las mejoras edilicias que vienen reclamando tantas escuelas y vimos casos recientes de reclamos históricos, pero también se dejaron de lado otras licitaciones destinadas a la construcción de escuelas prometidas que no se hicieron: el caso emblemático es el de Estación Buenos Aires, donde ya estaba planificada con fondos una escuela primaria, que fue borrada del mapa. Un montón de familias de clase media que se van a mudar a esta nueva urbanización no cuentan con un establecimiento primario. Hubo recortes en al menos seis mil becas estudiantiles en 2022 respecto de 2021. Sin dudas esta disociación entre los dichos y los hechos respecto de la defensa de la educación pública no hacen más que confirmar un oportunismo inescrupuloso de Rodríguez Larreta, que utilizó la pandemia en su carrera presidencial, en medio de tanto dolor. La presencialidad es irremplazable y el jefe de gobierno manipuló un malestar de muchas familias para así contraponerse a las medidas sanitarias del gobierno nacional. Para defender la educación realmente tendría que haber invertido en conectividad, en la refacción de escuelas y adquisición de computadoras, pero ese abordaje requería más inversión, defender la presencialidad bajo el eslogan ‘abran las escuelas’ fue una declaración intencionada de guerra a las políticas de cuidados de la salud pública nacionales”, explicó Bielli.
El presupuesto de 2022 no trajo mejoras sustanciales en áreas vitales como Educación (17,6%), según las cifras analizadas por Javier Andrade, vicepresidente del bloque del Frente de Todos en la Legislatura porteña: “Horacio Rodríguez Larreta envía un presupuesto con una estimación de inflación del 33% y un crecimiento de CABA del 4%. Lo cual significa que respecto al 2021, en términos reales, es un presupuesto ajustado, puesto que no supera el estimativo de inflación, ya que los gastos aumentan un 27,9%, por tanto se gastarán 39 mil millones de pesos menos (-3.9%) para inversión social y productiva. Si tomamos los gastos del presupuesto en términos reales desde el 2016 a 2022, el ajuste en la política presupuestaria es constante en el gobierno de Rodríguez Larreta. Los gastos son 27% menores a los presupuestados en el 2015. O sea que, Rodríguez Larreta es aún más ajustador que el mismísimo Macri como Jefe de Gobierno”.
“Sin dudas, el modelo desarrollado por el macrismo fue profundizado con la llegada de Rodríguez Larreta. Y ello se evidencia con la participación de las áreas más sensibles en el total del gasto desde 2016 al 2022. Mientras caen las barras en Educación, Cultura, Salud y Desarrollo Humano y Hábitat, vemos que suben en Servicios de Deuda Pública, erogaciones en Seguridad y en los gastos de Jefatura de Gabinete, donde casualmente se encuentra el área de difusión y propaganda, nave insignia del modelo larretista en la Ciudad”, concluye Andrade.
Gasto jurisdiccional. Ministerio de Salud, Hábitat, Cultura y Educación de CABA:
Gasto jurisdiccional. Jefatura de Gabinete de Ministros, Ministerio de Justicia y Seguridad y Servicios de Deuda Pública de CABA:
Tal como lo viene denunciando Proyectar Ciudad la deuda pública constituye uno de los temas más relevantes para analizar el estado de situación de la CABA en la gestión conjunta de Juntos por el Cambio y sus aliados. En la misma proporción en que creció sin parar su peso en el Presupuesto porteño, se redujeron partidas en áreas sensibles como Salud y Educación, son casi inexistentes los planes de viviendas y se ven limitadas todas las políticas públicas esenciales.
LA REALIDAD COMO ÚNICA VERDAD
Tal como analizamos, las cifras del presupuesto educativo porteño marcan que en los últimos años hubo una marcada reducción de fondos reales, lo que se refleja en la falta de inversión para construir escuelas o mejorar su infraestructura y en mejorar la alimentación y viandas escolares.
“En general la ministra Acuña enuncia su discurso como si fuera una espectadora pasiva de un sistema al que solo critica, buscando conectar con cierto sentido común de la sociedad respecto de lo mal que está la escuela y de sus cuestiones negativas, sobre lo que le falta. Lo hace horadando al propio sistema y con una mirada como si fuera alguien que analiza una realidad que le pasa por el costado. Hace 14 años que su espacio gestiona el ministerio de Educación porteño, por lo cual es terrible que se ubique en un lugar pasivo que no tiene. Si no está dispuesta a aceptar lo que el sistema tiene como potencia, a generar políticas de mejoras sería mejor que se retire, pero mientras tanto debería enunciar su discurso como la principal responsable de lo que sucede en el sistema educativo”, consideró Bielli.
“Desde el Frente de Todos se debe seguir dando la discusión por la madre de todas las batallas que es la Ley de Financiamiento Educativo, que es una ley que Lorena Pokoik viene impulsando desde hace muchos años en la Legislatura porteña y que pensamos seguir propiciando. Por otro lado, continuar dando el debate, mostrando y visibilizando aspectos positivos como la enorme cantidad de gente comprometida con el sistema educativo que hace que tengamos escuelas realmente increíbles y prácticas educativas muy potentes en la Ciudad. Hay muchas y muchos docentes comprometidos con la transformación de la escuela, partiendo de la potencia que tiene como motor para crear sociedades mucho más justas. También generando iniciativas, como los que tenemos para presentar este año, ya que producto de la pandemia nuestra agenda se volcó a la atención de la necesidad de que se garantice la conectividad y la virtualidad. Hay una serie de propuestas para fortalecer la educación pública que son sumamente importantes para demostrar que es posible desde una mirada positiva del sistema educativo que tenemos seguir construyendo los cimientos de un conjunto que crezca, se fortalezca y robustezca, y, en segundo término, sabemos lo que queremos hacer cuando seamos gobierno en la Ciudad de Buenos Aires con nuestras escuelas. En eso trabajamos en el Frente de Todos en cada momento en que presentamos iniciativas legislativas que se contraponen con el modelo de Soledad Acuña”, concluyó la legisladora Bielli
A comienzos de un nuevo año lectivo, el número quince del mismo espacio de gobierno y el séptimo de Acuña como ministra de Educación, las cartas están echadas para augurar “más de lo mismo”. Pero bien dice el refrán: “no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”, por eso la posibilidad de generar otra realidad más justa e inclusiva está en manos de porteñas y porteños, quienes no se resignarán a ser una “estirpe condenada a cien años de soledad” sin una segunda oportunidad sobre la Tierra, parafraseando el final de la obra inmortal de Gabriel García Márquez.