newsletter nº24 – CABA: La Ciudad donde se expone a la comunidad educativa, se reprime al personal de salud y los recursos se pelean en clave electoral
Horacio Rodríguez Larreta se sube al ring por los fondos coparticipables y aprovecha para intentar consolidarse como el principal opositor nacional. Ahora bien, qué modelo busca exportar el Jefe de Gobierno porteño, que ha contado con la mayor cantidad de recursos de la historia argentina, para el resto del país?
Desde que asumió hasta hoy, cada habitante de la Ciudad de Buenos Aires tenía un presupuesto per cápita comparable sólo con el que recibe un ciudadano de Bélgica, sin embargo las brechas en la Ciudad sólo se han agudizado. En este distrito la coyuntura viene agitada, lo que parecía girar sólo en torno al escenario epidemiológico hace unas pocas semanas, se ha volcado a pujas y reclamos político-gremiales y conflictos por la escolaridad de las niñas, niños y adolescentes que han quedado fuera de la escuela, aún en su versión virtual.
La nueva normalidad dispersa, pero el Covid-19 sigue sin cura y quienes están luchando en la primera línea de fuego son las enfermeras y los enfermeros. Este lunes se movilizaron para exigir su jerarquización profesional y la respuesta del Gobierno porteño fue reprimirlos, muy lejos de aquella postura dialoguista que predica a la hora de hablar de coparticipación o mostrarse ante la opinión pública.
El traspaso de la Policía y los movimientos políticos hacia adentro del Pro
El Senado comenzó a debatir el proyecto de ley que envió la semana pasada el Ejecutivo nacional, mediante el cual se le asignan $24.500 millones a la Ciudad, en concepto de gastos de la Policía. La puja por la coparticipación está encendida y, según explicó la funcionaria del Ministerio del Interior, Silvina Batakis, los fondos recibidos desde 2016, cuando se traspasó parte de la Policía Federal, fueron mayores a lo que correspondía.
La medida complementa la decisión de redireccionar fondos que recibía el distrito porteño hacia la Provincia de Buenos Aires y, con ello, hacer una reparación de los aumentos discrecionales que hizo Mauricio Macri ni bien asumió su presidencia. La idea es que la Ciudad de Buenos Aires vuelva a recibir el 1,4% y, además, a través del Presupuesto anual, percibir una suma actualizable para cubrir gastos en concepto de transferencia de la Policía.
En paralelo al debate en el Congreso, donde los legisladores que responden a Juntos por el Cambio ya fueron aleccionados, Horacio Rodríguez Larreta avanzó en la Corte Suprema contra el decreto que redujo en poco más de un punto la coparticipación a la Capital Federal. Sin embargo, continúa habiendo diálogo entre Alberto Fernández y el Jefe de Gobierno, sobre todo para atender la emergencia derivada de la pandemia. Pero, reconocen, son adversarios políticos.
Sucede que al fondo de la discusión se encuentra la disputa por el Gobierno nacional, para Larreta esta puja representa el primer paso de la construcción de su candidatura, que ya no oculta ningún referente de su entorno. No es casual que además de “larretizar” la conducción porteña del Pro, en manos del vicejefe de Gobierno porteño Diego Santilli, también concentra los apoyos detrás de él, y no atrás de Mauricio Macri.
Por primera vez, el mandatario porteño desembarcará (de forma virtual) en Córdoba, provincia donde más acumula el ex Presidente, en aras de capitalizar en una provincia con fuerte peso antikirchnerista y comenzar a constituirse como el principal opositor nacional. ¿Dónde quedan Macri, Lousteau, Monzó y Vidal con estas jugadas? Todo indicaría que nuevas grietas comienzan a abrirse al interior de Juntos por el Cambio.
Negar la conectividad y exponer a la comunidad educativa
Las discrepancias entre la Ciudad y la Nación se notan, también, en la esfera educativa. La ministra de Educación porteña Soledad Acuña insiste en que algunos alumnos y alumnas vuelvan a las clases presenciales. Recordemos que este drama, porque la exclusión de niñas y niños de la escuela es un drama, se inició cuando la Justicia le ordenó al Gobierno de la Ciudad que garantice Internet y provea la conectividad a quienes no tenían herramientas para educarse.
Horacio Rodríguez Larreta y Felipe Miguel recusaron a la justicia, con una contrapropuesta de utilizar las escuelas como Cyber. Por tal motivo, docentes y representantes gremiales iniciaron un plan de lucha contra las autoridades porteñas e insistieron con el riesgo de contagios.
En ese mismo marco, el Gobierno Nacional también rechazó el protocolo presentado por la Ciudad, pero el Ejecutivo porteño en vez de aceptar las notebooks ofrecidas por la cartera a cargo del ministro nacional Nicolás Trotta y poner en marcha un programa para proveer conectividad, prefirió insistir su idea original e reclamar que las clases se dicten en las plazas.
Trotta abrió una mesa de diálogo para resolver el conflicto, pero adelantó su postura: “A mí no me gusta comparar las escuelas con los bares”. En su día, estudiantes secundarios se manifestaron en contra del regreso a clases en plazas y espacios públicos como promueve el gobierno porteño, pidiendo, en cambio, exigiendo una vuelta a clases digna y accesible. Lo mismo hicieron los gremios, que piden que Larreta acepte las computadoras ofrecidas por el gobierno nacional.
El lunes pasado se reunieron funcionarios de los ministerios de Salud y Educación de la Nación y la Ciudad, pero el diálogo quedó en stand by. Desde la cartera de Acuña hicieron trascender que se había alcanzado un principio de acuerdo para que los alumnos vuelvan a los patios de las escuelas. Sin embargo, a nivel nacional -una vez finalizada la reunión- tuvieron que aclarar que el debate no está saldado y “no es una cuestión de deseo, sino de responsabilidad”.
El mundo del revés
Desde el año 2018 enfermeras y enfermeros reclaman al gobierno porteño ser reconocidos como profesionales de la Salud. En aquel entonces, el oficialismo aprobó en la Legislatura la norma que los excluyó del equipo de salud, considerándolos personal administrativo.
Los licenciados en enfermería componen el 80% de la planta de un Hospital y, en un contexto agudizado por la emergencia sanitaria, son quienes están en la primera línea de combate. Los sueldos bajos, los turnos interminables, incluso los trabajos dobles, son algunas de las problemáticas con las que se enfrentan a diario sin el reconocimiento correspondiente.
Este lunes, en el día de la sanidad, decidieron movilizarse hacia la Legislatura porteña para entregar un petitorio y solicitar que su profesión sea jerarquizada, además de reclamar por mejoras salariales y sanitarias.
La respuesta del Gobierno porteño, lamentablemente, no sorprendió: las enfermeras y los enfermeros fueron reprimidos en la puerta de la Legislatura y, peor aún, la policía de la Ciudad impidió el paso de las ambulancias para atender a los heridos.
Tras la represión sufrida, no descartan realizar un paro nacional el 1 de octubre en caso de no resolverse el conflicto. Con cansancio y luego de ser reprimidos, las enfermeras y los enfermeros denuncian que pese a ser esenciales, se les trata como descartables. “Es una injusticia que no nos consideren profesionales”, dicen. Y sí, tienen razón, estamos en el mundo del revés, en el que se castiga y reprime a quienes entregan su vida cuidándonos.
¿Qué se busca disputar, qué quiere exportar Larreta?
Sin lugar a dudas el Jefe de Gobierno porteño está consolidando su política en función de su futuro electoral. Quizás la puja que se abrió con la coparticipación, fue el elemento que necesitaba para salir a disputar con firmeza la conducción opositora. Pero preocupa y debería ocupar, que el modelo que exporta de la Ciudad al resto del país se apoye en un proyecto netamente neoliberal. Nada muy distinto a lo que hizo Macri. En la Ciudad y en la Nación.
De 2015 a 2020, años con mayores recursos para la Ciudad, se triplicó en este distrito la indigencia, aumentó sustancialmente la pobreza y crecieron las brechas entre los sectores acomodados y los más vulnerables.
Cabe preguntarse entonces en qué se gastó ese punto de más recibido del Ejecutivo en todos estos años? Desde el gobierno nacional y el Congreso es la pregunta que resuena. Haciendo una repaso de las licitaciones, contrataciones y gastos de los últimos años puede vislumbrarse una respuesta: los fondos sobrantes se destinaron a instalar cabinas antiestrés y bancos de diseño en avenidas de la Ciudad; la seguridad que predican es represiva y en vez de formarla para proteger a la población, la dotan de equipamientos y herramientas para atacar a quienes piensan distinto y reclaman sus derechos.
Con ese dinero también se coló la ambición de apostar, por ejemplo, a los impuestazos y la venta de tierras. No se implementaron políticas para achicar brechas entre el norte y el sur, tampoco se desplegaron mejoras para el personal de salud o educadores, mucho menos se instrumentaron medidas para las personas que viven en la calle o en riesgo a la situación de calle. Se exporta el modelo de la represión, del ajuste y de la exposición de quienes están en la primera línea de fuego para la protección y la formación de nuestra ciudadanía.