Newsletter N° 79 – CABA: Violencia institucional, rosca y ¿renovación?
El Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, ya avanza con los cambios en el gabinete para reforzar su gestión y ya pensando en la carrera a las elecciones presidenciales.
Entre las figuras que busca incorporar Larreta a las filas del Ejecutivo porteño se encuentra Jorge Macri, actual intendente de Vicente López, que ocupará el rol de ministro de Gobierno porteño, según se anticipó. Su tarea se centrará en la articulación entre la Ciudad y los municipios bonaerenses. El primo del ex presidente Mauricio Macri, mediante un pedido de licencia o renuncia a su cargo actual, pasaría al gabinete porteño y, a su vez, quedaría habilitado para volver a ser candidato en 2023 en el municipio de Vicente López -si es que no concreta su candidatura a la gobernación-.
También se suma Agustín Forchieri, vinculado a Diego Santilli, diputado electo por la Provincia de Buenos Aires, y asumirá como secretario de Bienestar Ciudadano tras haberse desempeñado hasta ahora como vicepresidente primero de la Legislatura de la Ciudad. Además, se suma desde el radicalismo Juan Nosiglia, hijo del histórico dirigente radical Enrique “Coti” Nosiglia, quien asumirá como subsecretario de Deportes en representación del sector del radicalismo que tiene una alianza con Rodríguez Larreta, referenciados también en Martín Lousteau.
El alcalde porteño, que está absolutamente abocado a definir su liderazgo en Juntos por el Cambio, no quedó conforme con el resultado de la elección que hizo su aliada, la ex gobernadora Maria Eugenia Vidal. Jugando con todas las fichas a su favor no alcanzó los votos esperados. El magro crecimiento de menos de dos puntos entre las PASO y las generales en la cuna del PRO, no colmó las altas expectativas de la oposición que buscaba una mayor contundencia en su territorio madre.
Este proceso electoral deja sin lugar a dudas una disputa abierta al interior de la oposición. De hecho, la primera en encolumnarse en contra de Vidal y Larreta fue Patricia Bullrich quien destacó el triunfo de Juntos por el Cambio en la Provincia de Buenos Aires y en otros distritos del interior del país, pero hizo explícita su disconformidad con los resultados en la Ciudad. Sus declaraciones mediáticas fueron interpretadas como un mensaje envenenado para la ex gobernadora.
Otro referente de Juntos (por el Cambio) que mantenía el perfil bajo, pero salió a opinar es el ex senador Federico Pinedo, quien destacó que el espacio “tuvo la virtud de mantenerse unido, ampliar su coalición y mostrar seriedad”, pero criticó la estrategia en las últimas elecciones del cambio de distrito entre María Eugenia Vidal y Diego Santilli. Se puede entender como un mensaje para Larreta, que fue a las claras el padre de la criatura electoral.
Asimismo, el flamante diputado nacional electo por la coalición en la Ciudad, Ricardo López Murphy, analizó los resultados obtenidos y, si bien destacó la victoria de la oposición, aseguró que los mismos estuvieron “por debajo” de los que esperaban tener en territorio porteño.
En este contexto se anticipan las tensiones al interior de Juntos por el Cambio y se anticipan las peleas por retener o modificar las presidencias de los bloques del PRO y la UCR, y el interbloque de la coalición en las dos cámaras del Congreso, enfrentándose los sectores que responden a Bullrich y a Rodríguez Larreta, a Negri y Lousteau. En la UCR, Emiliano Yacobitti, que responde a Lousteau, quiere remover a Mario Negri; Ritondo enfrenta el desafío de Patricia Bullrich. Además, Larreta se involucra en el recambio del Congreso y pide a Tagliaferri como vice del Senado, mientras Schiavoni quiere seguir al frente del PRO, pero choca con un espacio federal, en tanto Naidenoff puntea para continuar de jefe en la UCR.
Por fuera de la rosca institucional, la Policía de la Ciudad fue noticia por un hecho dramático. Tres efectivos de la fuerza fueron responsables del asesinato de Lucas González, un chico de 17 años que jugaba en Barracas Central. Según todos los testimonios y las pruebas disponibles, Gabriel Isassi, José Nievas y Fabián López llevaron adelante una cacería por la zona sur de la Ciudad, se toparon con el auto en el que se viajaban Lucas y tres amigos, los cercaron y los balearon.
Lucas murió el jueves pasado en el Hospital El Cruce de Florencio Varela y los tres policías implicados en su asesinato están acusados de homicidio doblemente agravado. Las evidencias derriban la versión policial, así lo entendió un juez de menores que determinó que los futbolistas fueron “víctimas de los efectivos” y les “prohibió salir del país”. El sábado los efectivos se entregaron y quedaron detenidos a disposición de la justicia.
A propósito del asesinato de Lucas, los curas villeros salieron a pedir un cambio en la formación de las fuerzas de seguridad y advirtieron que si no hay un replanteo, seguirán los asesinatos. Sucede que el 11,5% de los policías de la Ciudad que están en las calles integra brigadas como la que asesinó a Lucas, son alrededor de 2300 los efectivos que componen las autodenominadas “brigadas de prevención”, que deambulan por las 15 comunas de la Ciudad y no siempre cuentan con la autorización judicial correspondiente y, casualmente, casi un 60% están en la zona Sur de la Ciudad, donde ocurrió el asesinato de Lucas.
Por supuesto que el caso impactó en el oficialismo porteño y la tardía reacción del gobierno ante el accionar de la policía local. El Frente de Todos de la Ciudad pidió la interpelación del ministro D´Alessandro y los diputados porteños Leandro Santoro y Victoria Montenegro se presentaron en los tribunales de Comodoro Py para llevar a cabo una denuncia e investigar la posible existencia de una asociación ilícita entre policías y funcionarios del Gobierno de la Ciudad, tras del crimen de Lucas.
Luego de presentarse en Tribunales, Santoro señaló: “Es importante que sepamos que en la Ciudad de Buenos Aires hace muchos años se viene hablando de la existencia de este tipo de grupos, sin que esto signifique generalizar ni ensuciar a la policía. No tengo un discurso anti policía, pero siempre con la Ley en la mano, ni mano blanda ni mano dura, sino lo que corresponde”.
La Policía mimada de siempre, asesina a sangre fría
Si algo atraviesa al oficialismo porteño desde siempre es su vínculo entrañable con la Policía. En los años de Mauricio Macri con la creación de la Metropolitana, hoy devenida en Policía de la Ciudad, la fuerza que estuvo liderada por Diego Santilli representa una de las áreas más mimadas presupuestaria y políticamente. Tan es así que la coparticipación aumentada a la Ciudad –durante la presidencia de Macri-, creció solo para que se engrose el número de efectivos en las calles porteñas. No ha sido todo; dos por tres se lee en el Boletín Oficial la notificación de nuevas compras de chalecos, autos blindados o armas de todo tipo. Los mimos a las fuerzas de seguridad nunca faltan y con este caso lo que queda claro es que no fue un caso más de gatillo fácil, a Lucas lo asesinaron a conciencia con intención de matar. ¿Por qué? No hay un solo por qué. En el sur de la Ciudad parecieran correr otras reglas que en el resto de la Ciudad, especialmente si se lo compara con el Norte pudiente y próspero. En las comunas del sur hay menos derecho a la vivienda, menos derecho a la educación pública, menos derecho al trasporte, a tener bicicletas e incluso, menos derecho a vivir.