Newsletter N° 45 – Miseria planificada y neoliberalismo: Políticas sociales, salud y educación, subejecutadas y ajustadas
La política de gobierno siempre tiene como eje sintetizador a los presupuestos que cada gestión diseña. Lo hemos dicho muchas veces, en la Ciudad más rica del país no hay problemas de recursos, sino de cómo se administran los mismos. Con el caso M. quedó al descubierto la reducción de fondos, la imposibilidad de acceso a las políticas sociales y cómo de esa manera se profundiza la desigualdad norte-sur.
Los dos booms que acompañan esta trilogía del ajuste y el corrimiento del estado, son la salud y la educación. Las demandas crecen y se consolidan, no sólo en el acceso a la vacuna del personal de ambas áreas, sino también en el reconocimiento profesional, en la mejora de los salarios y en la demanda de mejores condiciones laborales.
LA SUBEJECUCIÓN DEL PRESUPUESTO MÁS ESENCIAL
El caso M, la niña de 7 años que fue secuestrada en Parque Avellaneda la semana pasada, reabrió el debate respecto de cuántas personas viven a la intemperie en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Según el último relevamiento anual realizado en abril de 2019 por organizaciones de la sociedad civil, la Defensoría de la Ciudad y la Auditoría General porteña, eran 7.251 las personas que vivían en situación de calle en la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, actualmente nadie sabe con exactitud la cifra y mucho menos tras la pandemia.
Lo que sí se sabe es que la Dirección General de Niñez y Adolescencia del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires subejecutó las partidas destinadas a niños, niñas, niñes y adolescentes durante los años 2017, 2018, 2019 y 2020 y, en el último año, dejó de utilizar más de 1000 millones de su crédito sancionado.
De hecho, la tendencia de cuatro años de ajuste ininterrumpido en políticas habitacionales alcanza también el recorte para viviendas en un 17% menos interanual y no contempla ningún aumento para asistir a las personas en situación de calle.
El senador Mariano Recalde se refirió a la problemática, señaló que basta con recorrer las calles para comprobar que el Estado porteño está ausente y precisó: “Haciendo foco en los hogares y paradores, que alcanzan apenas para cubrir a menos de un tercio de las personas que viven en la calle (cuentan con 2.200 plazas), se revela la precariedad de las políticas desarrolladas para combatir esta problemática que cada día se agrava más y podría revertirse si el gobierno porteño pusiera los recursos donde hay que ponerlos”.
Desde la legislatura, la oposición pidió que el Gobierno porteño informe qué asistencia le brindó el Estado a M. “Lamentablemente hoy el Estado ve a M. a través de los ojos de una investigación penal, por eso queremos saber con qué atención la vio antes de su desaparición”, planteó la legisladora Pokoik.
Asimismo, se presentaron dos proyectos para solventar a los porteños que no cuentan con un techo. La primera iniciativa busca brindar asistencia para inquilinos e inquilinas de viviendas familiares y la segunda apunta a brindar atención a familias en situación de calle.
SALUD, VACUNACIÓN Y ESCENARIO EPIDEMIOLÓGICO COMPLICADO
Luego de la escalada de casos de Covid en los últimos días, la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, planteó que si continúan aumentando hay que reducir “la circulación de personas por franjas horarias, pero no apuntar a un confinamiento”.
Mientras tanto, cada distrito y cada sector de la salud intentan ganar tiempo con los -pocos- recursos que existen, en la Argentina y en el mundo, para combatir la pandemia. Por tal motivo fue tan llamativo que la semana pasada el Gobierno de la Ciudad clausure el principal centro de derivación de pacientes del PAMI.
También sigue causando alerta la complejidad de la inscripción de mayores en la Ciudad de Buenos Aires para acceder a la vacuna, el Gobierno porteño argumenta que espera completar grupo de mayores de 80, pero no da precisiones sobre cuántos resta vacunar de esa franja etaria, pese a saber que cuenta con 58 mil nuevas dosis rusas.
El legislador Javier Andrade, se refirió al vacunatorio VIP en la Ciudad y advirtió que quienes tienen prepagas, llaman por teléfono y los atienden. La situación de inequidad se consolida con el criterio de distribución del Gobierno porteño.
Por su parte, en el Hospital Rivadavia representantes de la Asamblea Permanente por el Derecho a la Salud de CABA realizaron una serie de reclamos de orden sanitarios que plasmaron en un petitorio presentado ante Rodríguez Larreta y el Ministro de Salud porteño, Fernán Quirós. Entre los puntos exigen recomposición salarial, readecuación presupuestaria para enfrentar la pandemia, consolidación de una estrategia de vacunación amplia, organizada y accesible, jerarquización de profesionales de la salud excluidos de la carrera hospitalaria, entre otros puntos.
Asimismo, en homenaje a los 36 trabajadores de la salud fallecidos de Covid en la Ciudad de Buenos Aires, en los hospitales también reclaman y denuncian la ineficiencia del gobierno porteño para cuidar a los trabajadores de la salud en contexto de pandemia.
A propósito, este lunes anunciaron un plan de lucha nacional, con medidas de fuerza que finalizarán el viernes, con la manifestación de que “nunca hemos trabajado tanto y cobrado tan poco”. En el comunicado agregaron: “La Salud está en el centro de la escena y todos se deben comprometer con la solución”.
VACUNACIÓN DOCENTE Y RIESGO EN LAS ESCUELAS
El personal docente no queda excluido de esta compleja realidad, recordemos que la Ciudad de Buenos Aires fue el primer distrito en comenzar las clases pero uno de los últimos en activar con énfasis la campaña de vacunación docente. Las consecuencias no tardaron en llegar y ya hay más de 300 contagios por semana en las escuelas porteñas, hecho reconocido por el propio Rodríguez Larreta.
Desde UTE insistieron en que “Larreta debe dejar de intentar tapar sus indisimulables fracasos sanitarios” y exigieron que la Ciudad “agilice la aplicación de la totalidad de las 33.000 vacunas acordadas en la paritaria nacional docente”.
En este sentido, demandan que la ciudad aumente los lugares de inmunización, tal como manifestaron en la denuncia que se presentó junto a la Ctera el lunes pasado.
Al respecto, y tras la denuncia, hubo un nuevo cruce entre la Ciudad y Nación sobre los protocolos de cuidado en las aulas. La ministra porteña, Soledad Acuña, ratificó que analiza flexibilizarlos, pero el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, consideró que, con la llegada del invierno, la situación en las aulas “se va a complejizar porque empiezan las temperaturas más bajas”.
MEMORIA
Como cada 24 de marzo, no hay línea que se escriba ni idea que se piense que no esté atravesada por la reflexión. Hace 45 años se iniciaba la etapa más oscura que nuestra historia pueda recordar, durante ese período no sólo desaparecieron forzadamente a 30 mil compañeros y compañeras, con la apropiación ilegítima de la identidad de sus hijas e hijos, sino que también iniciaron uno de los más grandes ciclos neoliberales que se pueda recordar. Las consecuencias fueron destrucción del empleo, miles de personas arrojadas en la pobreza, vaciamiento de la salud, la educación y todo entramado público y nacional.
Esa etapa, a la que Rodolfo Walsh denominó miseria planificada, tuvo recreaciones y repeticiones en los años posteriores de democracia. La segunda oleada durante los años noventa y la tercera en el gobierno macrista a nivel nacional, entre 2015 y 2019. Las consecuencias políticas, sociales y económicas, volvieron a estar a la vista. Hoy, el Gobierno de la Ciudad, como desde hace 13 años, ejecuta en el distrito porteño una política neoliberal con la misma lógica que en estos períodos relatados. Violencia institucional, represión, abandono del Estado, niñas, niños, miles de personas vulnerables, viviendo en la calle o en viviendas precarias, sin la contención que requieren. En la política del nunca más tenemos la obligación de recordar el genocidio y exigir memoria, verdad y justicia por todas y todos aquellos compañeros detenidos desaparecidos, pero también tenemos el deber de seguir sembrando y cosechando el país más justo por el que dieron la vida, es la única forma en que siga florenciendo la primavera.