LO QUE EL COVID SE LLEVÓ
Por Andrés Cárdenas
Una serie de informes de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) dejó al descubierto graves deficiencias de gestión del gobierno porteño durante la pandemia de Covid, puntualmente en 2020, que derivaron en fuertes pérdidas económicas y perjuicios para los fondos públicos. Se destacan, entre otras, las irregularidades del Ministerio de Salud local que pagó elevados sobreprecios en la adquisición de barbijos e implementos médicos.
La Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires elaboró un informe sobre las irregularidades en la compra con sobreprecios de insumos del Ministerio de Salud porteño durante la emergencia sanitaria por la pandemia de Covid – 19 en el año 2020.
La AGCBA apuntó a las compras de insumos realizadas por el Ministerio a cargo del actual aspirante a jefe de gobierno, Fernán Quirós, y detectó más de veinte “observaciones” sobre las irregularidades en las contrataciones directas durante ese período de emergencia. El punto más destacado es el que refiere a los precios pagados a cambio de barbijos en marzo y abril de aquel año en pleno Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO).
Según el informe, en una de las tres compras de ese período por “barbijos tricapa de un solo uso marca Dimex” la administración porteña pagó “un valor por unidad de 35 pesos” a la empresa Cinmor, dueña de Dimex. Esa compra fue por 3.400.000 barbijos por 119 millones de pesos. La adquisición incluyó otros insumos médicos y en total fue por algo más de 196 millones de pesos.
Pocos días antes se había gestionado la contratación de los mismos barbijos, de la misma marca, por “un valor unitario de 68 pesos, representando el 94,29 por ciento más que el valor del expediente anterior”, según el informe. En ese caso el contrato fue por 5 millones de barbijos por un total de 340 millones de pesos y ya no con Cinmor sino con la intermediaria E-Zay, a la que se le pagaron 170 millones por adelantado. Finalmente, la marca no entregó la totalidad de los barbijos y el GCBA tuvo que rescindir el contrato. “Es una empresa que se dedica al ‘asesoramiento técnico en cambio de marca’, es decir al marketing de negocios, pero la Ciudad le compró insumos médicos”, aclaró uno de los auditores a medios de prensa.
Pero el mayor beneficio, según el informe de la Auditoría, le correspondió a la empresa Roitz, quien se presentó como representante comercial de Cinmor, y vendió en abril de 2020 los mismos barbijos que había comercializado su supuesta empresa representada pero por más del doble de precio. En ese caso fueron 600 mil barbijos tricapa “por un valor unitario de 71,40 pesos, siendo un 104 por ciento superior al valor ofertado y adjudicado de su representada”. La Auditoría también precisó que esa empresa además no estaba autorizada para firmar contratos con el Estado por incumplir requisitos del Registro de Proveedores de la Ciudad.
En un fallo lamentable de nuestra devaluada Justicia a principios de febrero de este año cerraron la causa contra funcionarios porteños y empresarios involucrados en la fallida compra de 5 millones de barbijos: casi tres años después del escándalo, un fiscal porteño sostuvo que “no hubo delito” y que los implicados se vieron “sobrepasados” por “un contexto de emergencia sanitaria mundial”. De los $170 millones pagados por la Ciudad, apenas se recuperaron unos $80 millones hasta el momento.
CUANDO LAS AGUAS BAJAN TURBIAS
Las irregularidades a repetición fueron moneda corriente durante la pandemia en CABA y en particular para el año 2020 se registraron otras auditorías desfavorables para el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta.
Otro informe de la AGCBA de ese año sobre la “Provisión de Agua Potable a Población Vulnerable” en CABA en el contexto de la pandemia provocada por el COVID-19detectó “falta de planificación y deficiencias en el suministro en los barrios del sur”.
El Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, el Ministerio de Salud y el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires deben garantizar estos servicios en el marco de sus competencias con la intervención específica de la Dirección General de Gestión de Intervención Social (DGGIS).
La Auditoría determinó que el mayor número de pedidos de asistencia del servicio de provisión de agua se produjeron en cuatro barrios vulnerables: Barrio 20, Barrio 21-24, Barrio Fraga y la Carbonilla con deficientes prestaciones y numerosas desprolijidades. En el desglose por comunas de los asentamientos incluidos en el Renabap (Registro Nacional de Barrios Populares) por lejos las comunas con más presencia de núcleos con necesidades básicas insatisfechas se concentraron y lo hacen aún en el sur porteño en las Comuna 4 y 8 particularmente.
Los siguientes gráficos muestran el detalle de las precisiones arriba descriptas:
Para más, como lo precisa el último cuadro, varios asentamientos populares incluidos en el registro del Renabap no fueron considerados para ser asistidos en el Pliego por parte de la DGGIS.
Debe considerarse como marco general que en la causa judicial Expte. N° 3429-2020/0, la Justicia ordenó al GCBA elaborar un Protocolo Específico de Análisis, Acción y Prevención en materia de COVID-19 para todas las villas de la Ciudad, que no se cumplió de modo cabal.
Nuevamente la falta de planes coordinados efectivos, aunque por cierto muy costosos, y la desorganización del gobierno de Larreta golpearon duramente a los habitantes más vulnerables del sur de la Ciudad con las consecuencias negativas derivadas para la salud pública y la higiene.
UNA LARGA LISTA DE PERJUICIOS: DESDE “HOTELES COVID” A FALTA DE AYUDAS A PYMES Y BARES NOTABLES
El listado de perjudicados por la inacción del gobierno porteño durante la pandemia excedió a los sectores más desfavorecidos y también castigó a otros vastos sectores de la población tal como lo determinó la AGCBA al verificar que el Banco de la Ciudad subejecutó la asistencia a comercios y pymes durante la emergencia sanitaria y económica por Covid-19.
Se realizó una auditoría de gestión sobre las líneas de crédito otorgadas a pequeños comercios, emprendimientos y vecinos de la CABA en el marco de la pandemia y se pudo comprobar importantes subejecuciones en el otorgamiento de las mismas.
Al ingresar en casos específicos, la AGCBA detectó a su vez irregularidades en contrataciones de hoteles para el servicio de alojamiento durante el aislamiento de personas infectadas o en cuarentena por el Covid 19, en las que se encontró falta de control cruzado entre los organismos involucrados, expedientes de pago incompletos y falta de cumplimiento de la Ley de Compras y Contrataciones en lo que refiere a la documentación a presentar en los expedientes”.
En cuanto al programa de Promoción y Protección de Bares Notables, la Auditoría obtuvo para 2020 evidencias de “irregularidades en la gestión tales como: falta de control sobre las rendiciones, insuficiencias en los circuitos de control de la asignación de recursos, desactualización en los catálogos donde se publican los bares, billares y establecimientos relevantes para la ciudadanía”.
DESCONEXIÓN PARA LOS MÁS VULNERADOS EN SITUACIÓN DE EMERGENCIA
El ministerio de Educación porteño, a cargo de otra aspirante a jefa de gobierno, la cuestionada Soledad Acuña, no podía faltar a la hora de enumerar las graves fallas de gestión también en pandemia. A tal punto llegaron las cosas que la AGCBA determinó que respecto al acceso a la conectividad de los y las estudiantes de escuelas públicas porteñas durante la pandemia se produjo una desconexión que afectó especialmente al segmento de la comunidad educativa de menores recursos. Un dato determinante: se observó que “el Ministerio de Educación porteño no adquirió ninguna computadora para los estudiantes durante la pandemia”.
Directamente ligado a esto, se debe mencionar que la AGCBA publicó, siempre para el año 2020, un informe sobre el dispositivo DETECTAR, a cargo de la Subsecretaría de Atención Primaria, Ambulatoria y Comunitaria, implementado en el contexto de la pandemia, donde se detectaron irregularidades vinculadas con la asignación de recursos humanos y materiales, problemas de imputación presupuestaria, falta de metas físicas, debilidades en el sistema de control interno presupuestario y deficiencias en los registros de atención y de salvaguarda de activos.
BLINDAJE PARA EL CANDIDATO PRESIDENCIAL LARRETA
Como conclusión general se puede argumentar que durante la pandemia y en el marco de la vigencia de una Ley de Emergencia Económica, los funcionarios porteños, con Larreta a la cabeza junto a empresarios amigos, hicieron millonarios negocios, una verdadera función continuada, tal como se ve arrojando luz desde los informes de la AGCBA y contadas investigaciones periodísticas independientes, que todavía tienen mucho por develar.
Sin embargo, las revelaciones escandalosas parecen publicarse casi a regañadientes en medios hegemónicos o simplemente son ignoradas de modo deliberado en el marco del fuerte blindaje político y mediático que protege a las principales figuras de la oposición, en particular a los candidatos con expectativas de Juntos por el Cambio. Cuando la mentira es la verdad, ni más ni menos.
Una tendencia humana natural es la de tratar de pasar rápido la página de los malos tiempos, como lo fueron a nivel global los de la pandemia de Covid, pero no podemos dejar de remarcar y recordar la actitud miserable de estos funcionarios y empresarios, que activaron un aceitado sistema de fraude hacia toda la sociedad en momentos de muerte, incertidumbre y dolor mundiales.
Larreta acaba de lanzar oficialmente su postulación presidencial con un video filmado en Santa Cruz de impostado tono “antigrieta”, en el que sin darse por aludido, ni ponerse colorado habla de políticos “estafadores”: los que padecimos dos mandatos suyos en la Ciudad de Buenos Aires sabemos mejor que nadie, con los hechos a la vista, el desastre de gestión que junto a su equipo llevó adelante hasta hoy, aún en plena pandemia.