LA UTOPÍA DE LA “CIUDAD VERDE” NO LLEGA HASTA EL RIACHUELO
Por Andrés Cárdenas
El jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta recibió, en plena campaña presidencial, a alcaldes de todo el mundo en la Cumbre C40, de marcada agenda medioambiental, buscando mostrar una CABA maquillada dentro del proyecto “Ciudad Verde”, que no logra tapar, entre otros temas, la grave falta de espacios verdes e irregularidades en la asignación de fondos y ejecución de gastos del Plan de Saneamiento Ambiental (PISA) de la Cuenca Matanza Riachuelo (CMR).
Acuciado por la feroz interna presidencialista de Juntos por el Cambio, Larreta vivió un oasis de protagonismo y roce internacional al recibir entre el 19 y el 21 de octubre en el Centro de Exposiciones de Buenos Aires a alcaldes de las principales ciudades del mundo en la Cumbre C40, para discutir y consensuar acciones contra el cambio climático.
El jefe de gobierno porteño intentó lucir su gestión y afianzar lazos con figuras tales como los alcaldes Sadiq Khan, de Londres, Anne Hidalgo, de París, Ada Colau, de Barcelona, Roberto Gualtieri, de Roma, Francis X. Suarez, de Miami, Eric Garcetti de Los Ángeles, Ricardo Nunes, de San Pablo, y Claudia López Hernández, de Bogotá, entre otros.
Un selecto auditorio en el que Larreta habló de su utópico proyecto urbano bautizado “Buenos Aires Ciudad Verde”, que ni colectivos vecinales ni estadísticas apoyan: hay menos árboles, crecen las construcciones en detrimento de los espacios verdes, la CABA es más calurosa que cuando el PRO asumió hace 15 años y la cuestionada limpieza de la Cuenca del Riachuelo sigue pendiente en gran medida, sólo por nombrar un puñado de los problemas más acuciantes.
En las calles porteñas, agrupaciones de vecinos y manifestantes de distintas organizaciones no coincidían para nada con los diagnósticos ni pronósticos optimistas del jefe de gobierno porteño y marcharon y desplegaron actividades de protesta durante los tres días que duró el encuentro. Con banderas y carteles, organizaciones como “Jóvenes por el Clima”, “Ahora Qué”, “Eco House”, “Consciente Colectivo” y otras se movilizaron al Centro de Exposiciones para reclamar a los alcaldes e intendentes de las ciudades más importantes del mundo que tomen medidas concretas y urgentes para prevenir y mitigar las consecuencias del Cambio Climático, entre otros reclamos.
El Plan “Ciudad Verde” oficialmente en marcha desde 2019 no avanzó respecto de la estimación de un promedio de 6,7 metros cuadrados de espacio verde por habitante en CABA, con comunas como la 3 y la 5 con índices dramáticos que ni siquiera alcanzan los tres metros cuadrados, contra los 15 metros cuadrados indispensables recomendados para una vida urbana saludable por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Además, el Plan realiza mediciones al menos engañosas al sumar e integrar como “espacios verdes” -sin evaluar sus funciones y cualidades ecosistémicas- unas 224 hectáreas de canteros, 26 de veredas, 17, 2 del Ecoparque (exZoo) y 248 que mezclan maceteros, plazoletas de cemento y hasta planteros de los cementerios públicos.
A contramano del marketing oficial, un informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo de la Dra. Mariana Gagliardi, reveló irregularidades en el rol de la Ciudad en la recuperación de la Cuenca Matanza Riachuelo (CMR), específicamente en la Ejecución presupuestaria del Plan Integral de Saneamiento Ambiental (PISA) del GCBA hasta el segundo semestre de 2020.
La CMR incluye a 14 municipios del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) más CABA, en la que su Cuenca Baja, hasta la desembocadura del Riachuelo en el Río de la Plata, funciona como límite natural de la Capital con Avellaneda, Lanús y Lomas de Zamora.
En 2006 se publicaba la Ley 26.168 que creaba la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR), atendiendo a la preocupante situación ambiental del río Matanza Riachuelo y su entorno.
ACUMAR, el organismo público que ejerce su competencia en la región y trabaja en su saneamiento, se constituyó así en un ente con ciertas particularidades: es autónomo, autárquico, interjurisdiccional -la Cuenca, como se dijo, abarca 14 municipios de la provincia de Buenos Aires y 9 comunas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires- y tripartito -conjuga el trabajo con los tres gobiernos que tienen competencia en el territorio: Nación, Provincia y Ciudad.
LAS OBLIGACIONES ESPECÍFICAS DE CABA RESPECTO DEL RIACHUELO
Los especialistas de la Auditoría porteña señalan: “El Gobierno de la Ciudad se encuentra obligado a realizar acciones para sanear el Riachuelo, prevenir el daño y mejorar la calidad de vida de los habitantes en el marco de la causa judicial ‘Mendoza B. y otros c/Estado Nacional y otros s/daños y perjuicios’- Las principales líneas de acción que surgen del Plan Integral de Saneamiento Ambiental (PISA) están vinculadas con el plan de viviendas, la limpieza del camino de sirga, el cumplimiento del Plan sanitario de Emergencia, el monitoreo de la calidad de agua, aire y sedimento y la urbanización de villas y asentamientos. Sin embargo, a más de diez años del fallo judicial la situación de las personas y de los barrios vinculados a la CMR no ha cambiado”.
En 2004 un grupo de vecinos presentó una demanda contra el Estado Nacional, la Provincia, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y 44 empresas, reclamando la recomposición del ambiente, la creación de un fondo para financiar el saneamiento de la cuenca y un resarcimiento económico por daños y perjuicios. Posteriormente, la misma se amplió hacia los 14 municipios bonaerenses por los que se extiende la Cuenca Matanza Riachuelo. Así se originó la causa “Mendoza, Beatriz Silvia y otros c/ Estado Nacional y otros s/daños y perjuicios (daños derivados de la contaminación ambiental del Río Matanza – Riachuelo)”. El 8 de julio de 2008, la Corte Suprema de Justicia de la Nación dictó un fallo histórico donde se determinó quiénes son los responsables de llevar adelante las acciones y las obras de saneamiento.
Hace pocos meses, el conflicto judicial bautizado “Causa Riachuelo” prosiguió con el reclamo por las viviendas que el Gobierno de la Ciudad está obligado a construir desde 2011 y nunca empezó. Como se dijo, la Ciudad está obligada por la Justicia en su jurisdicción a liberar el denominado “camino de sirga” y relocalizar a las familias que malviven de manera precaria allí, pero a más de una década, los proyectos de construcción están suspendidos y faltan casi mil viviendas.
De nuevo los auditores consideraron que “existen datos que permiten comprender el nivel de retraso en la mejora de la calidad de vida de las personas:
● Escasas acciones realizadas en la CMR. Así, el GCBA en el ejercicio 2019, destinó sólo el 1,17% de los recursos totales a las acciones vinculadas al saneamiento de la CMR. Con lo cual tenemos el peor escenario, el GCBA invierte menos cada año, destina menos recursos a la implementación de la política pública y gasta en otras actividades no relacionadas con el saneamiento de la CMR y/o a revertir las grandes inequidades que pesan sobre el sur de la Ciudad.
En el año 2021 la Legislatura de CABA aprobó un presupuesto para acciones de saneamiento de la CMR que difiere en un 62,34% al presupuesto expuesto en el PISA, que fue elaborado por la Subsecretaría de Asuntos Interjurisdiccionales y Política Metropolitana, es decir contiene partidas que no fueron aprobadas con ese objetivo.
● Subejecución de partidas presupuestarias y falta de inversión. Analizando el presupuesto devengado por líneas de acción encontramos que no se asignaron recursos a la expansión de la red de agua potable y saneamiento cloacal, ni para contaminación de origen industrial y saneamiento de basurales, tampoco se ejecutó el gasto previsto para los desagües pluviales. A su vez, otras líneas de acción tienen niveles de ejecución muy bajos, en algunos casos entre el 2 y 12 %, sólo en la línea de acción de urbanización de villas llega a la ejecución del 34%.
● Opacidad e irregularidades en el control interno y en el diseño y ejecución presupuestaria. En efecto el PISA no contiene metas físicas que permitan dar cuenta del avance en el cumplimiento de las acciones planificadas y por lo tanto no permite vincular el gasto con las acciones efectivamente realizadas. Además, en el informe de Auditoría surge que no han puesto a disposición informes y documentación respaldatoria de convenios suscriptos entre el Ministerio de Ambiente y Espacios Públicos que generaron transferencias, a su vez no coinciden montos pagados con montos transferidos. También de manera incorrecta se duplican los registros, quedando registrados como inversión de ACUMAR y como gasto de GCBA al mismo tiempo.
Tal como se observó en informes anteriores de la Auditoría, la participación del Gobierno de la Ciudad en el Plan Integral de Saneamiento Ambiental de la cuenca Matanza – Riachuelo es opaca y poco clara y sus acciones resultan cuanto menos insuficientes para mejorar la calidad de vida.
Así, del análisis del presupuesto y la ejecución presupuestaria de la ciudad para la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR), se observó que el gobierno de la CABA registra acciones y partidas de dinero que no fueron destinados al saneamiento del Riachuelo. Se registraron partidas destinadas a otras áreas de gobierno que comprenden acciones más amplias que las que están relacionadas con las tareas de atención de la población de la cuenca del Riachuelo y el pago de subsidios como el ‘Ciudadanía Porteña’, que no deben incluirse en el PISA de acuerdo a lo definido en el Manual de Información y Control Presupuestario”, concluyeron.
MEJOR PREVENIR QUE CURAR
Los auditores advirtieron, además, que “en relación a las campañas de prevención que se deben desarrollar en todo el territorio de la Cuenca, la Ciudad registra para ‘Campañas de Prevención’, actividades del Plan Plurianual de Salud del GCABA, por lo tanto, no distingue los gastos e inversiones que corresponden a la promoción y prevención de la salud de las enfermedades relacionadas con la exposición de los habitantes en ambientes contaminados como es en el caso de la Cuenca Matanza-Riachuelo.
De las conclusiones del informe sobre el proyecto de saneamiento del Riachuelo y la recuperación de este espacio verde para todos los vecinos, se destaca de nuevo la falta de transparencia del Gobierno de la Ciudad. Por un lado no se informa específica y detalladamente cuáles fueron las transferencias de la Ciudad de Buenos Aires, lo que genera que no pueda conocerse cuál fue la inversión neta real para la mejora del ambiente de la Cuenca. Por otro lado registra actividades en dos partes, duplicando el monto total invertido para el saneamiento”.
Otro aspecto no menor para señalar son los riesgos para la Salud Pública derivados de tantos años con altos niveles contaminantes: científicos del Conicet y los Institutos Malbrán y Leloir junto a la Prefectura Naval Argentina (PNA) encontraron en la Cuenca Matanza-Riachuelo una elevada cantidad de dos virus que no se habían detectado antes en el país, lo que implica una alta circulación silenciosa de estos patógenos que hasta el momento provocan infecciones asintomáticas en la mayoría de los casos y no han generado epidemias en otras partes del mundo.
Se trata de dos picoronavirus, el Cosavirus y el CardiovirusSaffold -integrantes de una familia muy amplia de virus con genoma de ARN que también incluye al virus de la polio, los enterovirus causantes de brotes de meningitis y el virus de la hepatitis A, entre otros-, los cuales fueron hallados en 274 muestras de agua recolectadas entre 2005 y 2015 en la CMR.
Como conclusión, queda la obligación de señalar que las acciones y omisiones del Gobierno de la Ciudad en materia ambiental, social y urbanística impactan de manera diferencial en los grupos vulnerabilizados, que ven afectados sus derechos humanos básicos a la salud, ambiente y desarrollo, y parecen contradecir las intenciones enunciadas por el jefe de gobierno porteño de liderar una ciudad sustentable y resiliente en la reciente Cumbre C40 de la que fue anfitrión.