LA PANDEMIA EN AMBA EXIGE UNA GESTIÓN UNIFICADA
Buenos Aires, 16 de junio de 2020
Casi el 90% de los contagios de Covid-19 del país, con un número creciente de casos que dispara alarmas, se concentra en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), un solo continuo de más de 17 millones de personas, en el que diferencias de criterios entre los gobiernos de CABA y la Provincia de Buenos Aires pueden poner en riesgo una coordinación sanitaria efectiva.
“La descoordinación es grave, por eso hacemos esfuerzos para unificar criterios. Debemos lograr una coordinación, de un lado de la General Paz decimos que es peligroso hacer ciertas cosas y del otro lado se dice lo contrario. Lo mejor es que hagamos lo mismo”, insistió en distintos medios el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, al igual que varios de sus ministros durante los últimos días.
Hace ya varias semanas que casi el 90% de los nuevos casos a nivel país se concentran en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), compuesta por localidades y barrios de la Ciudad de Buenos Aires y del conurbano del Gran Buenos Aires, un continuo de unos cuarenta municipios, con la concentración urbana de mayor densidad del país, alrededor del 30% de la población total con una estimación de poco más de 17 millones de habitantes.
Según definiciones del INDEC el “Aglomerado Gran Buenos Aires” se asimila al AMBA como una “mancha urbana” con inclusión de espacios rurales y semirrurales de 13.934 km², que incluye desde CABA hasta las islas del delta del Paraná con tres grandes zonas residenciales, Oeste, Norte y Sur, constituyendo el polo industrial y productivo más importante del país.
Un continuo poblacional y económico que no puede considerarse por separado, en especial en la coordinación de las políticas de contención sanitaria y los alcances del Aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) vigente desde el 20 de marzo con sucesivas prórrogas.
La flexibilización y apertura comercial en el territorio de CABA dispuesta por el jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta de manera creciente desde fines de mayo pasado fue cuestionada por varios intendentes del conurbano al registrar una fuerte presión social en sus distritos y sobrecargó el sistema de transportes, una de las principales preocupaciones de expertos y funcionarios nacionales por ser foco y vía de contagio masivo del coronavirus.
Las propias estadísticas oficiales porteñas durante los últimos seis años midieron que cerca del 50% de la fuerza laboral que ocupa puestos de trabajo en CABA corresponde a residentes del conurbano bonaerense, quienes luego vuelven a descansar a sus hogares de manera cotidiana. Antes de las restricciones en algunos rubros específicos, como el de la construcción y las tareas de limpieza, las cifras trepaban hasta superar el 80% de trabajadoras y trabajadores provenientes del Gran Buenos Aires.
En circunstancias normales más de 3,5 millones de personas ingresaban diariamente a CABA desde diversos municipios bonaerenses, atravesando el apenas simbólico límite de la Avenida General Paz, lo que da una idea de la potencialidad epidemiológica de un contagio en espiral en todo el AMBA, que termine colapsando el sistema sanitario.
Tal podría ser el panorama, según las proyecciones estadísticas, si no se activan al máximo las medidas preventivas en los meses de invierno, cuando se espera que se alcance el pico de la pandemia, según los especialistas.
NÚMEROS QUE ENCIENDEN LAS ALARMAS
Al analizar las cifras de nuevos casos diarios de coronavirus en CABA entre el 1ro. de junio y el 15 de este mismo mes se pasó de 271 a 575, a la vez que en Provincia de Buenos Aires, el ascenso fue de 252 a 552, en el mismo lapso, con amplia mayoría en el conurbano, ya que cerca de 60 municipios del interior provincial no registran circulación viral.
Otro número para destacar es el de la cantidad de casos por millón de habitantes, también hasta el 15 de junio, en el desglose por regiones en el AMBA: 1202 casos para CABA, 291 para Zona Norte del GBA, 292 para Zona Oeste, 408 para Zona Sur, 180 para Gran La Plata, 218 para el resto del GBA y apenas 37 para el interior provincial.
(Vista nocturna del AMBA tomada por la NASA)
En medio del alerta, un dato relativamente positivo lo marcaron los barrios populares del conurbano bonaerense donde los casos se pudieron estabilizar en torno al 18% del total provincial, gracias al accionar decidido de los operativos Detectar y a los mediáticamente criticados operativos especiales de aislamiento y contención, como sucedió en Villa Azul -en el límite de Avellaneda y Quilmes- y en el asentamiento José Luis Cabezas, entre Berisso y Ensenada.
Hasta el 15 de junio los casos confirmados en los barrios populares bonaerenses sumaron 2380 sobre el total de 13.196 infectados en la Provincia.
En CABA si bien los contagios en villas y asentamientos se estabilizaron tras los tardíos operativos Detectar, el porcentaje ronda el 40% de los casos, cuando en proporción esta población representa menos del 10% del total de habitantes porteños. Además, al ritmo del relajamiento de las restricciones sanitarias, la curva crece fuerte en varias comunas y barrios, con picos en La Boca y Balvanera en las últimas jornadas.
Actualmente el número de casos encendió las alarmas entre epidemiólogos y llevó a una reunión tripartita el 15 de junio de los ministros de Salud de la Nación, Ginés González García, y sus pares porteño, Fernán Quirós, y bonaerense, Daniel Gollán.
“No hablamos de volver atrás, sino de unificar métodos en el AMBA. Tenemos que manejar la información como una sola unidad, hay que tenerla consolidada para que no haya errores en los datos”, informó Ginés al salir del encuentro.
Los tres funcionarios evitaron dar definiciones más contundentes, que quedarán a cargo de la primera línea política conformada por el presidente Alberto Fernández, Kicillof y Rodríguez Larreta, durante los próximos días y de acuerdo a la marcha de la curva de contagios.
“Hay que ajustar una serie de cuestiones que nos parece que son difíciles. No nos gusta lo que está pasando con el transporte público. Desde el primer día dijimos que el transporte es el lugar donde la posibilidad de contagio se expande muy rápidamente. La circulación significa más riesgo de contagio”, advirtió el ministro de Salud de la Nación.
LA CIUDAD DE LA FURIA: “RUNNERS”, “RAVERS” Y SIN TECHO
“Coordinar no significa tomar las mismas decisiones en Ciudad y Conurbano”, repitió Rodríguez Larreta en numerosas entrevistas y los hechos así lo demuestran, como la polémica por el “running” fuera de control habilitado a partir de las 20 horas todos los días y la apertura comercial casi plena que se dieron en la Ciudad en la última semana.
Desde especialistas hasta el propio presidente Fernández y el gobernador Kicillof le manifestaron a Rodríguez Larreta su preocupación por el impacto de estas actividades masivas que aumentan potencialmente la posibilidad de contagios.
Silencio de radio al respecto de parte de las autoridades porteñas, que se limitan a repetir, casi como una frase de compromiso, que de ser necesario “no dudarían en volver atrás” en las fases de la cuarentena, pero no cambiaron una coma hasta el momento respecto de sus últimas medidas casi indiscriminadas.
En tanto la Ciudad de la Furia muestra sus brutales contrastes habituales: durante este mismo fin de semana mientras decenas de “ravers” desafiaban la cuarentena con una fiesta electrónica callejera en Talcahuano y Arenales -plena Recoleta- al ritmo del Dj Patricio Zambrano; en San Cristóbal, moría de frío un indigente de 63 años de edad, sobre un colchón de descarte en la esquina de México y Sánchez de Loria.
Se trató de la tercera muerte evitable en el lapso de un mes de una persona en situación de calle, parte del creciente “ejército” de casi ocho mil personas en esta situación en el distrito más rico de Argentina, según denunció públicamente la legisladora porteña del Frente de Todos, Lorena Pokoik.
El trasfondo político muestra una concesión por parte del gobierno porteño hacia la línea dura “anticuarentena” encabezada por ex funcionarios de Juntos por el Cambio como el propio ex presidente Mauricio Macri, Patricia Bullrich o Elisa Carrió, por nombrar apenas a los más salientes.
La otra realidad la marcan algunas encuestas que hablan de un natural “hartazgo social” creciente por medidas sanitarias restrictivas y económicamente recesivas que se prolongan hace más de ochenta días, pero que demostraron su efectividad si se compara la cifra reducida de enfermos y fallecidos (31.577 contagiados y 842 fallecidos al 15 de junio) respecto de otros países de la propia región y del mundo.
Una sola muestra y muy cercana, Brasil al 15 de junio registró 891.556 contagiados y 44.118 fallecidos, según las cuestionadas estadísticas oficiales del gobierno de Jair Bolsonaro.
Se impone una cuestión de sentido común básico por la que a iguales métodos se obtienen idénticos resultados, la regla básica es que a más contagios debería propiciarse desde las autoridades una menor movilidad social, especialmente en los transportes públicos, lo que representa la medida más eficaz comprobada hasta ahora y mucho más en época invernal.
Existe, según todos los trascendidos, una coincidencia entre autoridades nacionales y provinciales en prolongar la cuarentena hasta el 12 o 19 de julio próximos y con toda probabilidad la evolución de los casos en el AMBA determinará los cambios que se deberán implementar bajo el impulso de la propia dinámica del Covid-19, que no distingue los límites de la Avenida General Paz.