En vía muerta, el estancamiento del subte porteño
El subte que no fue
Los gobiernos del PRO en la Ciudad desatendieron por completo el desarrollo de la red de subterráneos en la Ciudad de Buenos Aires. Una de las mejores políticas públicas en materia de transporte urbano en ciudades de alta densidad es desarrollar una red de subterráneo lo más amplia posible. Es el modo de transporte que más protege el medio ambiente, tiene una baja contaminación sonora, usa fuentes renovables de energía, no genera congestión vehicular ni accidentes viales. En suma, es un modo de transporte y virtuoso desde donde se lo mire.
Es por ello que, en materia de inversiones en transporte, esta debiera ser la prioridad, que permite al mismo tiempo generar viajes rápidos entre los distintos barrios de la Ciudad sin generar externalidades negativas, y reducir al mismo tiempo la congestión que se produce en superficie, donde conviven el transporte público con los automóviles particulares.
Al requerirse para el desarrollo de la red de subtes, obras que, en muchos casos, superan el período de un jefe de gobierno, es importante que esta política pública se mantenga y continúe como política del Estado de la Ciudad. Como se advertirá en el presente informe, son contados los casos en los que quien inicia la obra se da el lujo de inaugurarla ya finalizada. Es por eso que, amén de quien sea el Jefe de Gobierno, la política pública debe mantenerse en el tiempo. O incluso tener mayor impulso.
En definitiva, existe un momento de diseño del pliego, un procedimiento de licitación con su respectiva adjudicación, un efectivo inicio de obra, y, tiempo después, la real inauguración de la obra con su respectiva incorporación a la red de subterráneos.
Si tomáramos dos momentos –adjudicación/inicio de obra por una parte, e inauguración por otro, podemos advertir que durante el ciclo de gobiernos del PRO en CABA el desarrollo de la red de subtes, lejos de tomar impulso, fue perdiendo impulso hasta paralizarse a días de hoy.
Vamos por partes…
Si se toma en consideración que la Ciudad tiene Jefe de Gobierno en funciones desde el 7 de agosto de 1996 –inicio del Gobierno de Fernando De la Rúa-, contabilizamos pocos días más que 23 años de gobiernos en la Ciudad, 11 de ellos de gobiernos previos al PRO, y casi 12 de gobiernos de la actual coalición oficialista (Macri 2007-2011, 2011-2015, y Rodríguez Larreta 2015-2019).
En los albores de la autonomía, hacia 1996, la red de subterráneo –incluido premetro- contaba con unos 43 km. En los gobiernos desde De la Rúa hasta Telerman incluido, se inauguraron 8,1 km, y se iniciaron obras en otros 9 km que fueron inaugurados posteriormente. Eso redunda en 700 metros anuales inaugurados y 820 en obra durante 11 años.
Desde el primer gobierno de Macri hasta la actualidad, sólo se licitaron y adjudicaron 2,8 km más (todos de la línea H en el tramo norte, desde Corrientes hasta la Facultad de Derecho), y se inauguraron, además de esos 2,8, los 9 km iniciados previamente, totalizando 11,8 km.
A esto se les suman las tres estaciones de la línea E cuya construcción llevó adelante, no el hobierno porteño, sino el Gobierno Nacional durante la segunda presidencia de Cristina Fernandez de Kirchner (2011-2015).
Lo cierto es que desde la Licitación del tramo Corrientes – Facultad de Derecho, en la Ciudad no se han ni licitado, ni adjudicado, y menos iniciado nuevas obras.
El desarrollo del subte no es apta para electoralismos
Como mencionamos al inicio, el desarrollo de la red de subte demanda tiempo, además de cuantiosos esfuerzos técnicos y recursos financieros. Por ello, la inversión en ésta debe ser una política de estado conforme a una mirada estratégica sobre cómo se solucionan algunos de los problemas centrales de la Ciudad; y donde cada gestión recogerá, en buena medida, la siembra realizada por quienes la antecedieron. Por ello es fundamental que no se interrumpa el ciclo de expansión de la red. Como se desprende de lo anterior, la inversión en Subte está reñida con estrategias cortoplacistas o meramente electoralistas.
A continuación se muestra como fue el desarrollo de la red desde que la Ciudad obtuvo su autonomía. En primer lugar vale destacar que la ampliación de la Línea D se licitó e inauguró durante la gestión De La Rúa-Olivera (3,3km).
La extensión de la línea A (3 km) se licitó bajo los gestiones de Ibarra-Telerman, quienes no llegaron a inaugurarlas, lo que sucedió durante la gestión de Mauricio Macri. No hubo licitaciones posteriores.
En lo que respecta a la línea B, durante la gestiones De La Rúa-Olivera se licitaron 1,9km que fueron inaugurados durante las de Ibarra-Telerman, quienes a su vez licitaron 1,6 km, que fueron inauguradas durante la gestión Macri.
La primera licitación de la línea H se realizó durante las administraciones de Ibarra-Telerman (5km), quienes solamente pudieron inaugurar durante sus mandatos 2,9 km. Los restantes 2,1 km fueron inaugurados durante los dos gobiernos de Mauricio Macri, quién además licitó 2,8 km de red, que fue inaugurado durante la gestión de Horacio Rodríguez Larreta.
A esto se suman 2,1 Km correspondientes a la extensión de la línea E que, como fuera mencionado, fue construido por el Gobierno Nacional e inauguradas durante la gestión de Horacio Rodríguez Larreta.
En el gráfico siguiente se realiza un balance entre los kilómetros licitados e inaugurados por cada gestión (que como mostramos muchas veces fueron licitados por sus antecesores). Si una gestión tiene como balance un saldo positivo significa que le dejará a sus sucesores en materia de subte una mejor herencia de la que recibió de quienes lo antecedieron.
Como se desprende del mismo, tanto las gestiones De La Rúa-Olivera como Ibarra-Telerman licitaron más km de los que inauguraron dejando un saldo o balance positivo. En cambio las gestiones de Macri y Rodríguez Larreta inauguraron más kilómetros de los que licitaron. En el caso de este último no se licitaron nuevas obras.
Paradójicamente, durante las gestiones del PRO fue la etapa en la que se inauguraron más kilómetros, pero los mismos correspondieron casi en su totalidad a la finalización de obras iniciadas por otros (ya sea sus antecesores o el Gobierno Nacional). En efecto el 76% de los kilómetros inaugurados corresponden a obras iniciadas por otras administraciones.
En definitiva durante el ciclo del PRO en la Ciudad tuvo lugar una reconfiguración de las prioridades en cuanto al subte, lo que implicó una reducción drástica de los esfuerzos comprometidos, y se limitó a terminar, casi de manera residual, lo iniciado por otros.
En el corto plazo, de cara a una estrategia electoralista el PRO puede mostrar la cantidad de estaciones inauguradas; pero en el mediano plazo la decisión de disminuir, primero, y luego interrumpir los ritmos de expansión de la red tendrá un impacto decididamente negativo en el subte en particular y en el transporte de la Ciudad en general.
De 10 km por año a no construir un kilometro nuevo
Queda lejos entonces la promesa que hiciera Macri en el inicio de su gobierno, de construir 10 km de subte por año.
Si pensamos en que en sus 8 años de gobierno sólo se licitaron –e iniciaron obra- 2,8 km nuevos, el promedio anual de su gestión da 350 metros nuevos. Si le incluimos los metros que pudo inaugurar –aunque algunos con alto avance de obra-, la suma asciende a 6,7 km, menos de 1 por año (0,84 para ser más exactos).
Si tomamos la gestión de Rodríguez Larreta, en sus 4 años habrá inaugurado 5,1 kilómetros le dan un promedio de 1,3 km inaugurados por año. Dentro de ellos, los 2,3 km cuya obra civil fue realizada por la gestión anterior del Gobierno Nacional. Por lo tanto, si descontáramos esos kilómetros, pasamos a tener 2,8 km, a razón de 600 metros por año. Pero, como dijimos de antemano, la inauguración de las estaciones no es nunca mérito únicamente del Jefe de Gobierno a quien le toca en suerte, sino una continuidad en una política pública fundamental para la Ciudad.
Durante las tres administraciones que antecedieron al PRO se licitaron en promedio por año 1,4 km y se inauguraron 700 metros anuales. El hecho de que se liciten más kilómetros de los que se inauguran es una señal positiva, porque da cuenta que la administración saliente deja en marcha las obras para que continúe quien lo sucede.
En cambio, medidos en conjunto, durante los 12 años de gestión el PRO inauguró 800 metros de subte por año, pero ello fue básicamente por aprovechar las licitaciones que realizaron los Jefes de Gobierno que los antecedieron, ya que sólo licitaron poco más de 200 metros de subte por año.
Ahora bien, desde que asumió Rodríguez Larreta no se ha ni licitado un sólo metro nuevo de subte y por primera vez en décadas actualmente no hay ni un solo kilometro en construcción.
El próximo Jefe de Gobierno de la Ciudad corre el riesgo cierto de convertirse en el primero en no poder inaugurar nada en materia de subtes, dada la enorme desatención que las administraciones de Cambiemos en general y de Rodríguez Larreta en especial, tuvieron para con esta política pública.