Comedores escolares: recortes y falta de control
Introducción
En la Ciudad de Buenos Aires, según los últimos datos del año 2014, el 97,2% de la población en edad escolar asiste a algún establecimiento de educación formal[1]. Un tercio de esta población vive en las Comunas 4, 7 y 8 donde residen entre 18 y 21 mil niños/as entre 6 a 12 años. Las comunas con mayor cantidad de instituciones escolares de gestión estatal son la 4, 8, 9 y 10 (Zona Sur)[2]. Del total de escuelas estatales, el 43% funciona bajo la modalidad de jornada simple y el 57% es de jornada completa[3].
En una Ciudad que posee un 17% de pobreza, la zona Sur es la más castigada y desigual en términos socio-económicos: menor ingreso familiar per cápita y hogares con ingresos menores a la canasta básica total, altos porcentajes de hacinamiento, menor cobertura de salud y mayor tasa de mortalidad infantil.
En cuanto a la Educación pública de la Ciudad, las comunas del sur son las que concentran los mayores problemas de superpoblación en las aulas, falta de vacantes y escuelas de jornada completa. Estos problemas de viejo arrastre del sistema de educación pública de la Ciudad se corresponden con un presupuesto cada vez más deficiente: si se compara el presupuesto destinado a la educación en la Ciudad aprobado en 2017, el presupuesto 2018 representa una caída en términos reales del 10,4%. Y específicamente para el tema de este informe, el presupuesto por beca estudiantil se redujo un 1,1% y para “Servicios de comidas, viandas y refrigerios” cayó en un 4% respecto al año 2017.
Ante la crisis económica que cada día aumenta los costos de vida de la población y los índices de pobreza, cada vez más niños, niñas y adolescentes de que asisten a escuelas dependientes del Gobierno de la Ciudad necesitan de un Estado y comunidad educativa presente que den respuestas acordes.
Comedores escolares y el programa “Chau Paneras”
La Dirección General de Servicios a las Escuelas, dependiente del Ministerio de Educación de la Ciudad, es el área que administra y gestiona el “Programa de Alimentación Escolar”. La Dirección gestiona los servicios de desayuno/merienda, almuerzo/vianda, refrigerio y/o refuerzos alimentarios 1 y 2 a través del sistema de becas alimentarias. Para ello contrata a contrata a las concesionarias quienes se ocupan casi por completo de estos servicios, que consiste en la compra y la distribución de los insumos, la preparación de los alimentos, el reparto de viandas y el servicio de camareros en las escuelas[4]. Desde el año 2016 la ciudad cuenta con aproximadamente 1000 colegios de jornada completa. El desayuno, almuerzo y refrigerio lo proveen 21 empresas, además de 4 cooperadoras, una asociación civil y 2 cooperativas de trabajo (según la última licitación 2014-2016)[5]. Datos oficiales en la página web de la Dirección afirma que más de 200 mil alumnos/as asisten a comedores escolares en la Ciudad.
El 16 de abril el Gobierno de la Ciudad a través del programa “Mi Escuela Saludable” presentó un nuevo menú escolar llamado “Chau paneras” para todas las escuelas primarias y secundarias de la Ciudad. Con el argumento del avance de la obesidad en niños, niñas y adolescentes, el GCBA estableció un nuevo menú que retiró el pan del almuerzo, redujo las pastas (ambos alimentos que aportan carbohidratos), productos industrializados (salchichas y medallón de pollo), que serían reemplazados por otros alimentos como ” verduras y frutas”.
A partir de esta modificación, la comunidad educativa de la Ciudad, que ya se encontraba alarmada por el mal manejo de los comedores escolares, denunció que los productos suprimidos del menú no fueron reemplazados calóricamente y actualmente las raciones son más pequeñas, de mala calidad y en muchos casos los/as niños/as no tienen la posibilidad de repetir. Esta situación produjo que muchos/as niños/as pasen hambre durante la jornada escolar.
La alimentación que tiene relación directa con el estado de salud de las personas y es clave a la hora de promover calidad de vida en la población. Según la Ley de Alimentación Saludable en la Ciudad caracteriza a la “Alimentación saludable” como aquella que incluye una cantidad equilibrada de macro y micro nutrientes, acorde a los requerimientos nutricionales de cada individuo; la “Alimentación variada” aquella que incluye todos los grupos de alimentos, asegurando el equilibrio de nutrientes; a la “Alimentación segura” aquella que minimiza los riesgos sanitarios, a partir del control de los alimentos y la aplicación de las buenas prácticas de manufactura.
A su vez en muchas escuelas el nuevo menú no se respeta, según afirman familiares y docentes de los D.E. del sur, donde los 5 días de la semana reciben platos de fideos, polenta, puré, y el medallón de “pescado” que es un preparado con harina (que contienen hidratos de carbono). La tortilla de verdura que según el nuevo menú era uno de los reemplazos, en varias instituciones no se encuentra dentro de las viandas. Las comidas no tienen color, ni sabor. La fruta llega en mal estado. Es decir, no se respeta los principios de alimentación saludable y variada.
Tampoco dicho programa no contempló en ningún momento las necesidades socio-económicas de la población afectada, si tenemos en cuenta los niveles de pobreza de la Ciudad (17% el tercer trimestre 2017) y desocupación (8,2% para el cuarto trimestre 2017), para muchos/as los/as niños/as que asisten a los comedores escolares el único alimento que ingieren durante el día y/o un complemento muy importante para su dieta.
El Plan “Chau paneras” no fue consultado ni con las familias ni con los establecimientos educativos. Y tampoco se presentaron informes técnicos o argumentos oficiales para tomar tal medida. Madres, padres y docentes afirman que se presentan casos de desnutrición infantil, que distan mucho de la supuesta obesidad infantil donde no se contemplaron las necesidades básicas alimenticias de los niños y niñas, en las porciones, cantidad y calidad alimenticia . Las familias informaron varios casos de niños/as de los Distritos Escolares del sur que se desmayaron en el establecimiento o en el micro escolar. Tampoco se cuidó a los niños y niñas al hacer este cambio de forma abrupta, cuando por el contrario los cambios en las dietas deben ser paulatinos (sea la eliminación o la incorporación de nuevos alimentos).
Además de estas situaciones, según un estudio[6] realizado por equipo interdisciplinario sobre los consumos alimentarios de niños y niñas durante la jornada escolar en escuelas primarias de gestión estatal de la Ciudad de Buenos Aires, es preciso tener en cuenta que las largas jornadas laborales y los tiempos de traslado en las ciudades impactan en la alimentación. Donde se reduce la cantidad de comidas consumidas en el hogar, y en consecuencia se produce un aumento de las comidas institucionales de los niños y niñas, comedor escolar o comunitario (Piaggio, et.al., 2011).
El artículo n°18 de la Constitución de la Ciudad señala que la Ciudad debe promover el desarrollo humano y económico equilibrado, que evite y compense las desigualdades zonales dentro de su territorio. La implementación de un sistema de alimentación saludable se funde en parámetros objetivos que deriven de estudios científicos elaborados por profesionales de la salud especialistas en nutrición, con la intervención de prestigiosas instituciones públicas y privadas, habrá de redundar en importantes beneficios para la población escolar (Decreto Nº1/2013).
¿A partir de qué estudio se planificó este cambio de menú sin diferenciar las diversas zonas de la Ciudad? ¿Por qué no se consultaron a directivos, docentes y familias, que son quienes conocen el contexto socioeconómico de los/as niños/as y las realidades que atraviesan? Además de quitar el pan, reducir las pastas y raciones de los niños, niñas y adolescentes ¿qué medidas de prevención para la obesidad infantil tomó el GCBA?
Viandas con escaso control
La Dirección General de Servicios a las Escuelas tiene dentro de sus responsabilidades primarias, la aplicación de las penalidades a los concesionarios de comedores que no cumplan con los requisitos fijados en el pliego de licitación. La comunidad educativa asegura que en algunos establecimientos educativos las instalaciones no cumplen con las normas de Seguridad e Higiene. Estas denuncias pueden constatarse en el informe de la Auditoria General de la Ciudad de Buenos Aires[7] que demuestra las deficiencias en el servicio: incumplimientos en los comedores escolares, reducción de raciones según lo establecido y con déficit nutricional, comida fría, fallas en la higiene, etc.
Tampoco hay personal idóneo para controlar la cantidad y calidad. Quienes están a cargo de los comedores escolares son las vicedirectoras, es decir de formadas como docentes y no son ni nutricionistas ni pediatras. Según la Defensoría del Pueblo en su informe concluye que, a pesar de que a lo largo de todos estos años han tenido numerosas denuncias respecto al estado de las viandas, las concesionarias no han recibido ninguna penalidad. Es conclusión, no se garantiza el principio de alimentación segura.
Como se ha demostrado, estas nuevas políticas reflejan que el objetivo no es mejorar la salud de los niños y niñas en edad escolar sino posibilitar una reducción del presupuesto y un deterioro sistematizado de la escuela pública. En ese sentido, la comunidad educativa exige una revisión completa del menú, el gramaje de las raciones según el pesaje por alumno/a, calidad de los alimentos y preparado de los mismos, el sistema de comedores escolares, la licitación a los concesionarios y el control de los alimentos.
[1] DGEYC (2016). “Principales indicadores educativos de la población residente en la Ciudad de Buenos Aires. Año 2014”
[2] Centro de Estudios de Ciudad Facultad (2017). “La Ciudad en Deuda”. Facultad de Ciencias Sociales, UBA. http://trabajosocial.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/sites/13/2018/02/La-Ciudad-en-Deuda-CEC.pdf
[3] DGEYC (2015) “Población de Buenos Aires”
https://www.estadisticaciudad.gob.ar/eyc/wpcontent/uploads/2015/04/poblacion_2014_019.pdf
[4] Defensoría del Pueblo de la Ciudad (2017) “Viandas fuera de control”: http://www.arturopozzali.com/wp-content/uploads/2017/04/Viandas-Fuera-de-Control.pdf
[5] Ídem.-
[6] Piaggio, Laura; Concilio, Celeste; Rolón, Marina; Macedra, Guadalupe; Dupraz, Silvina. Alimentación infantil en el ámbito escolar: entre patios, aulas y comedores. SALUD COLECTIVA, Buenos Aires, 7(2):199-213, Mayo – Agosto, 2011
[7] Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires “Asistencia alimentaria y acción comunitaria-comedores escolares y servicio de viandas”. https://storage.googleapis.com/el-auditor assets/5a3289babff13411e7fa96f6/FUENTE%20AGCBA.pdf